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Compasión, Autocompasión y Compasión Tóxica

Mujer abrazándose a sí misma frente al espejo, con corazones flotando alrededor, simbolizando la autocompasión y el amor propio. El artículo habla de la compasión, autocompasión y compasión tóxica.

La compasión ha sido reconocida por diversas corrientes psicológicas como un valor fundamental para el bienestar emocional y social. A menudo confundida con la lástima o la piedad, la compasión implica un deseo activo de reducir el sufrimiento ajeno. En este artículo, profundizaremos en el significado de la compasión, la autocompasión y el concepto de la compasión tóxica, ofreciendo una perspectiva desde la psicología para comprender estos fenómenos y cómo abordarlos.

¿Qué es la compasión?

La compasión es una respuesta emocional que surge cuando tomamos conciencia del sufrimiento de otra persona, acompañada de un fuerte deseo de aliviarlo. Según Paul Gilbert, autor de «La Mente Compasiva», la compasión no sólo implica el reconocimiento del dolor ajeno, sino también el esfuerzo por mitigarlo . Thich Nhat Hanh añade que la compasión es la habilidad de ofrecer alivio del sufrimiento , lo que sugiere que la compasión va más allá de una simple intención, involucrando acciones concretas para ayudar a los demás.

Un aspecto clave de la compasión es la acción. Richard Davidson, neurocientífico reconocido, afirma que mientras la empatía puede generar malestar emocional al conectarnos con el sufrimiento ajeno, la compasión activa circuitos cerebrales que promueven emociones positivas y nos preparan para actuar .

¿Qué es la autocompasión?

La autocompasión es la capacidad de reconocer y responder con amabilidad al propio sufrimiento, tal como lo haríamos con un ser querido. Muchas veces, nos castigamos severamente cuando cometemos errores o nos enfrentamos a dificultades. Sin embargo, practicar la autocompasión implica tratarnos con la misma comprensión y apoyo que ofreceríamos a otro en una situación similar.

Kristin Neff, una de las pioneras en el estudio de la autocompasión, sostiene que ser autocompasivo no es indulgente o permisivo, sino una forma de reducir el sufrimiento personal y mejorar nuestra salud mental. Al practicar la autocompasión, nos alejamos de la autocrítica destructiva y construimos resiliencia frente a las adversidades.

¿Qué es la compasión tóxica?

A diferencia de la compasión genuina, la compasión tóxica ocurre cuando se asume una carga emocional que va más allá de lo que se puede manejar, o cuando intentamos «salvar» a otros sin límites saludables. Esto puede llevar a un agotamiento emocional, ya que la persona siente que es responsable del bienestar del otro a expensas de su propio equilibrio.

La compasión tóxica puede surgir en relaciones en las que una persona se siente obligada a resolver los problemas del otro continuamente, sin establecer fronteras. Esta falta de límites puede hacer que la persona que ofrece su ayuda termine sobrecargada y agotada emocionalmente, generando frustración y desgaste.

Ejemplos de compasión, autocompasión y compasión tóxica

Soluciones desde la Psicología

Para promover una compasión saludable, tanto hacia los demás como hacia uno mismo, es importante desarrollar habilidades de autoconciencia y regulación emocional. Algunas herramientas recomendadas desde la psicología son:

  1. Mindfulness o Atención Plena: Practicar la consciencia plena ayuda a estar presentes con nuestras emociones y las de los demás sin dejarnos abrumar. Es una herramienta clave para gestionar el estrés y evitar que la compasión se convierta en tóxica.
  2. Establecer Límites Saludables: Es esencial aprender a decir «no» cuando sentimos que estamos asumiendo demasiada carga emocional de los demás. La compasión no implica sacrificar el bienestar personal en el proceso.
  3. Practicar la Autocompasión: Kristin Neff sugiere ejercicios como escribir cartas compasivas a uno mismo o reflexionar sobre los desafíos desde una perspectiva amable y comprensiva.
  4. Terapia Psicológica: La psicoterapia puede ayudar a desarrollar habilidades de compasión y autocompasión, así como a establecer límites emocionales saludables.

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Conclusiones

La compasión puede transformar nuestras relaciones y nuestro bienestar personal. Sin embargo, es fundamental entender que la compasión no es sólo una emoción, sino una acción consciente que busca aliviar el sufrimiento de manera efectiva. La autocompasión nos permite ser gentiles con nosotros mismos en tiempos difíciles, mientras que la compasión tóxica nos recuerda la importancia de poner límites en nuestras interacciones con los demás. Desde la psicología, podemos aprender a desarrollar una compasión equilibrada que fomente la conexión y el crecimiento personal sin comprometer nuestro propio bienestar.

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